El coche ha sido el gran impulso del desarrollo industrial del siglo XX

Tenía 18 años y un mes cuando saqué el carnet de conducir. Ese ha sido un paso que cambió mi vida. Al principio con un 2CV de cuarta mano, pero accedí a mi ansiada libertad.

Han pasado unos 60 años y mi Lexus automático está aparcado a mi puerta, aunque cada vez lo utilizo menos, aunque adoro conducir, lo he hecho por más de medio millón de kilómetros.

He llegado a la conclusión de que, de alguna manera cercena mi libertad. Interesante y significativo cambio.

Diseñar las ciudades en torno al automóvil ha sido un gran error histórico y hemos pagado millones de muertes antes de que percibiéramos el problema en toda su dimensión: enorme contaminación, accidentes, ciudades diseñadas para las máquinas y no para sus habitantes, etc.

Pero ha sido la segunda industria más potente en crear riqueza y puestos de trabajo, nada menos que 72,5 millones de puestos de trabajo en el mundo, entre directos e indirectos. Ha fomentado enormemente el individualismo…y la libertad. Con una capacidad de inercia social inigualable. Pero nos acercamos a un muy interesante punto de inflexión. Y las consecuencias serán bastante impredecibles.

Europa lidera esta macrotendencia. París, Oslo, Ámsterdam, entre otras ciudades, están cortando el paso al coche particular, ni aparcar ni circular. Hay toda una tendencia fuerte para rediseñar el urbanismo con nuevos criterios mucho más humanos, restringiendo los coches particulares, ofreciendo diversas formas de transporte individual y colectivo.

Al final, se está imponiendo la lógica: la salud antes que la comodidad.

Otro factor que contribuye al cambio es la descarbonización, otra tendencia fuerte. Ahora circulan en el mundo 1.550 millones de vehículos (eran 150 menos en 2020).

Los eléctricos puros son ya 150 millones, pero crecen bastante rápido y representan el 18% de todos los nuevos.

Pero en el 2030 serán el 20% de todos los nuevos. Por cierto, que los chinos han logrado a la chita callando una posición muy dominante, con el 76% de los nuevos a nivel mundial.

Un dato interesante: Mercedes Benz prácticamente inventó el automóvil y hoy son los líderes mundiales en eficiencia, competitividad y carga rápida.

La vieja Europa sabe espabilarse cuando se la aprieta. Todavía tendremos que darle las gracias a Trump. Mientras que Elon Musk se da un tiro en el pie y su rutilante Tesla se da un batacazo en bolsa, (sus beneficios caen más del 50%), Europa le moja la oreja al sudafricano y los japoneses de Toyota lideran el motor en el mundo, tanto en beneficios como en ventas.

La peor noticia del año en la industria es el despido en ciernes de 35.000 trabajadores en Volkswagen.

General Motors recorta sus ganancias un 40,7% y el presidente del país echa las culpas a los europeos, contra toda evidencia.

El profesor de innovación Enrique Dans señala con su habitual acierto que las trabas al coche son económicamente beneficiosas y socialmente inclusivas para las ciudades.

Mi actual coche, casi siempre aparcado en la puesta de mi casa en el pueblo donde vivo, ya no es más la salvaguarda de mi libertad, antes al contrario. “Sic Transit”.