
La industria de los medios en EEUU despidió el año pasado algo más de 5.000 periodistas, cifra disparada en más de un 50% sobre el año anterior. La cifra es aterradora y pone en evidencia que los medios de comunicación no han hecho los deberes en la sociedad digital.
No se trata tan solo de introducir las nuevas tecnologías en este sector vital sino de replantear de arriba abajo como se genera y se difunde la información de calidad en el nuevo contexto disruptivo. No se trata de contar al público lo que pasa sino de crear nuevos ámbitos en los que las noticias circulen no solo de arriba abajo, sino en todas direcciones.
Significa, entre otras cosas, que los periodistas deben reciclarse en algo así como Corresponsales del Conocimiento y el Emprendimiento. Los medios tradicionales aislados están ya dando vueltas en el sumidero de la historia. El futuro está en Comunidades Digitales, que den paso y faciliten diferentes servicios, especialmente de consultoría. Usarán Inteligencia Artificial Generativa, Blockchain, incluso Metaverso.
Veremos a continuación algunas novedades e iniciativas que caminan en orden disperso, como no podía ser de otra manera, cuando lo viejo agoniza y los nuevo aún no ha nacido.
Los últimos datos de Infoadex señalan caminos. La inversión publicitaria en medios en España creció el año pasado de manera sensible, el 4,2%, hasta los 6.186 millones de euros, con lo que logra por primera vez situarse en los niveles prepandemia. Pero no hay que echar las campanas al vuelo.
En primer lugar, la publicidad misma debe reinventarse, ya no puede ser la repetición machacona de un mensaje, tal cosa pertenece a la sociedad analógica. Cerca de un tercio de esa cantidad fue a las televisiones. Pero, por ejemplo, los diarios y suplementos se dieron un batacazo del 3,7%. Los periódicos nacionales en papel solo facturan 73 millones de euros: Están en caída libre.
Tendencia importante: la digitalización de los soportes es lo único que parece tener un futuro que solo empieza. El 40% de la facturación a los anunciantes por parte de las revistas fue a parar a sus ediciones digitales.