
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha vuelto a poner en el punto de mira a la propiedad de los medios de comunicación. Es un signo positivo, seguramente no deseado por el presidente del tupé tuneado.
El multimillonario propietario del prestigioso “Washington Post”, Jeff Bezos, ha dado la nota al impedir que su periódico apoyara a Kamala Harris. Nada menos que 250.000 lectores se dieron de baja de inmediato, el 10% de sus suscriptores.
Empieza a verse una interesante reacción en muchos medios de comunicación de países destacados contra la concentración de periódicos en pocas manos. El 90% del mercado nacional de periódicos en el Reino Unido está controlado por solo tres empresas, pone de relieve la Universidad Goldsmiths en un reciente informe.
En poco tiempo, tenemos varios medios destacados fundados y apoyados por sus periodistas, en Francia, España y Argentina. Que cunda.
En España tenemos el caso de eldiario, que ha superado la cifra de 100.000 suscriptores. Tiene una redacción potente dirigida por un periodista joven pero ya veterano, Ignacio Escolar.
En Francia y en Argentina tenemos movimientos semejantes. Y todo esto sucede en un momento de transición delicado: no se han formado aún medios de la era digital, como podrán ser en su momento los consorcios de información multiformato, en los que la información no fluye de arriba abajo, sino en todos los sentidos. Y los podcast están teniendo un protagonismo mucho mayor de lo previsto. Estamos asistiendo al amanecer de una era.