La batalla por el control de Prisa, primer conglomerado mediático de España, ha llegado a un punto tal vez decisivo, que puede señalar el futuro.

La clave es la posición del armenio Oughourlian, presidente y primer accionista del grupo, y los accionistas cercanos al gobierno del PSOE. Estos últimos querían sacar adelante un proyecto de televisión, que el presidente echó abajo, aduciendo inestabilidad financiera.

Ciertamente, el grupo arrastra un endeudamiento muy considerable, que aporta una gran incertidumbre financiera y operativa. Amber Capital tiene el 29,5% del conglomerado, pero la situación de los negocios es muy distinta.

Santillana Latinoamérica es una buena empresa, además de estratégica. La tentación clara sería venderla, además de Media Capital (Portugal). Permitiría centrarse en prensa y radio y acelerar la transformación digital.

Llegados a este punto, conviene aclarar que Prisa ha logrado una posición envidiable en los mercados hispanohablantes, gracias básicamente a su exitosa apuesta por los iPod, algo así como los nuevos vinilos, que parecían condenados a desaparecer y se han convertido por su éxito en una clave estratégica. Podrían ser la próxima jugada maestra de Apple.

El conglomerado francés Vivendi está al acecho, deseoso de fortalecer su posición en España y América Latina.

No pierdan de vista los iPod con imágenes, nada baratos, pero muy atractivos.

La pugna por Prisa trae mucha cola. Atentos.